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ACROBACIAS DEL CORAZON

Argentina, 1999


Dirigida y protagonizada por Teresa Costantini, con Virginia Innocenti, Gabriel Goity, Cecilia Dopazo, Alejandro Awada, Antonio Grimau.



La historia: Marisa (Teresa Costantini, que dirige un film por primera vez y actúa el rol central de una directora consagrada) se dispone a filmar una nueva película. Su actual marido (Gabriel Goity) escribió el guión del film pensando en Lola (Virginia Innocenti), la mejor amiga de Marisa, pero el rol no se concreta. Marisa recurre a su primer marido, un amor de juventud que no ha podido olvidar, para que componga la música del film. Este ex vive en pareja con la joven Lucía (Cecilia Dopazo), con la que cree tener un hijo. No sabe que el bebé es en realidad del primer novio de ella, un as del trapecio que ha sido elegido para protagonizar la película. Poco después la misma Lucía es seleccionada como primera actriz, así que la pareja se reencuentra. La historia depara muchas otras vueltas, pero no vamos a agobiar al lector.

Hace un tiempo Teresa Costantini sufrió (al igual que la directora que interpreta en el film) una separación. El proceso legal la favoreció con una gran suma de dinero, que la ayudó a poner en marcha Buenos Aires Producciones, la productora del film. Acrobacias... no refleja, seguramente, cómo es su vida, pero parece atravesada por un ideal: un mundo de romances, pasiones, traiciones y engaños, en el que los hombres son tontos, cobardes y débiles. La directora escribe con su laptop última generación en su cama matrimonial vacía, imaginando fragmentos de su film donde se combinan el nuevo circo con el music hall, utilizando el kitsch como engrudo. Al principio y al final de todo siempre hay autos lujosos llegando a entregas de premios con vestidos de gala y muchos hombres alrededor.

En boca del joven trapecista, los hombres (no las mujeres) mayores "nos quitan las esperanzas, los ideales... ¡y ahora nos quitan también las parejas!". En realidad no lo dice él sino ella, Costantini, que acaso ha perdido a su hombre por la tentación de la carne joven. Pero en el film el viejo verde tiene su castigo: Dopazo se queda con ese primer novio que es de su misma edad.

Psicoanálisis, lofts con mucamas tontas, celulares y estudios de TV en los que se busca hacer cine: de eso está hecho el mundo de esta directora. Es el paraíso material de una clase media-alta que parece vivir en otro país. Y por contraste queda, como a media voz, el monologuismo de individuos de uno y otro sexo apartados de lo vital, tristes, solitarios y finales, que no se animan a mirar a su alrededor y que no saben muy bien qué hacer con tanto dinero. El club de las divorciadas tenía, al menos, dos o tres momentos divertidos.

Máximo Eseverri