HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















BOTIN DE GUERRA

Argentina, 1999


Documental dirigido por David Blaustein.



El segundo largometraje de David Blaustein vuelve a ser un documental que bucea en la historia argentina reciente. Cazadores de utopías posaba su mirada en las ilusiones, convicciones y frustraciones de esos jóvenes a los que Juan Domingo Perón primero calificó de "maravillosos", y después de "idiotas": los Montoneros. Botín de guerra se concentra en una historia más reciente, la del nacimiento y crecimiento de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, junto al espantoso fenómeno socio-político que les dio razón de ser: la apropiación sistemática de los hijos de detenidos-desaparecidos por parte de la última dictadura militar. Que tras secuestrar, torturar y asesinar a los padres, daba a sus bebés en adopción a miembros y "amigos" del régimen.

Por el lado técnico la factura de Botín de guerra es impecable. Se ve muy bien, se escucha perfectamente (y no es decir poco, habida cuenta de que casi todo es testimonio hablado) y el montaje, al que no le falta ritmo, traduce en imágenes los méritos de una prolija investigación. La historia de las Abuelas está expuesta con lujo de detalles. Y son esas mismas abuelas, hoy mucho más abuelas después de veinte años, las que vehiculizan la emoción. ¿Cómo no conmoverse ante el relato minucioso –lo recuerdan cual si hubiera sucedido ayer– de la incansable búsqueda de esos hijos de los hijos arrebatados por la dictadura? Desgarrador si los hay, el trámite de estas señoras abarcó –y abarca– numerosas batallas: detectar la ubicación del chico, hacer efectiva la denuncia, llevar a cabo la pelea legal. Y por supuesto, procurar establecer contacto humano con esa carne de su carne: hacerles conocer la verdadera historia, cruzando los dedos para que la crean... y las quieran. Más de sesenta, entre aquellos bebés, fueron efectivamente recuperados por las abuelas. Algunos de ellos, hoy convertidos en adolescentes, desfilan por la película demostrando que felizmente, aunque no sin conflicto, pudieron reencontrar su identidad.

Más allá de la corrección técnica y de la emoción de los protagonistas reales, Botín de guerra no escapa a cierta rutina formal. O a ciertas previsibilidades. Como la de cargar más las tintas sobre el menemismo, que indultó a unos pocos cabecillas de uniforme, que sobre el radicalismo, que consagró la impunidad de miles de apropiadores, asesinos y torturadores. Es más: cierto discurso de Raúl Alfonsín que resultó particularmente irritante para el grueso de la ciudadanía democrática (ese que empezaba con "Felices Pascuas") fue inserto de tal modo que el pedacito que se escucha contradice su esencia. Botín de guerra vale tanto como la información genuina que transporta: la historia de las Abuelas, como la de la apropiación de bebés en la Argentina, debería ser conocida por todos, y bienvenida sea la película para aquellos que aún la ignoran.

Los que conocen la historia tienen derecho a reclamarle al film algo más de actualidad. La premisa de Blaustein, por lo demás muy clara, no fue llorar muertes o tragedias como recuperar la gesta de estas ancianas vitales, admirablemente corajudas, y celebrar los encuentros que hicieron posibles. Pero la otra cara de la moneda, la de la impunidad, permanece un tanto soslayada. Y no hay identidad completa, como tampoco verdad o felicidad, en el reino de los crímenes impunes. El cierre de Botín de guerra, amenizado por una canción entera de Los Pericos (cuyo tono festivo es proverbial), no parece compartir del todo esta certeza.

Guillermo Ravaschino     

ARTICULOS RELACIONADOS:
   >Crítica de Por esos ojos


Enviá tu crítica al Foro