HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















FASE 7

Argentina, 2010


Dirigida por Nicolás Goldbart, con Daniel Hendler, Federico Luppi, Yayo, Jazmín Stuart.



Un duelo criollo fuera de campo siempre es una cosa digna de ser vista o, dado el caso, oída. Porque este duelo sucede en la oscuridad y sólo nos llega el sonido de los aceros cruzándose. De esa noche negra de garage emergerá la figura de uno solo de los duelistas en pugna para ir a sentarse en su impecable Fiat 125, cual cowboy malherido que se sube al caballo porque prefiere morir en tránsito y unido a esa otra mitad suya que lo constituye en centauro. Ese momento es uno de los más significativos de la película y revela cuán conscientes están sus hacedores de concretar siquiera lateral y desviadamente, sentido del humor mediante, las bodas entre la épica del western y la de los cuchilleros borgeanos. También puede ser vista como una versión de Asalto al precinto 13, de John Carpenter, en la que los habitantes de un edificio capitalino no tienen más enemigos que ellos mismos, lo que dará lugar a la progresiva eliminación de los personajes entre sí, en un clima de sospecha continua pero ingrávida. Porque Fase 7 es, sobre todo, una comedia con resoluciones gore que acentúa su materialidad artificial, su condición de juguete colorido destinado al goce de un espectador múltiple que incluye al cinéfilo curtido en el cine de los '70 en adelante, tanto como al consumidor televisivo. La conformación del reparto y la presencia de Yayo es clave en ese sentido. El humorista cordobés que durante los últimos años se popularizó por sus trabajos para Tinelli, en los que profería el más gráfico rosario de puteadas sin alterar un músculo del rostro, está flanqueado aquí por Federico Luppi y Daniel Hendler, las caras más representativas del cine argentino de los últimos 25 años, capaces de mentar con su sola presencia el cine de post dictadura y el de esta última década respectivamente. Fase 7 los amalgama gracias a un guión sólido que incluye tres o cuatro intercambios antológicos, roles fuertemente definidos y complementarios o antagónicos, según los vértices del triángulo que interactúen en cada situación, y una progresión dramática que no ignora estructuras simbólicas elementales.

Marcos Vieytes      


Enviá tu crítica al Foro