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LE QUATTRO VOLTE

Italia-Alemania-Suiza, 2010


Dirigida por Michelangelo Frammartino, con Giuseppe Fuda, Bruno Timpano, Nazareno Timpano.



Le Quattro Volte es tan humilde en sus materiales y en su objetivo (retratar un año en la vida de una comunidad en Calabria) que logra disimular su enorme soberbia. Soberbia porque el mundo en el que vivimos, el aquí y ahora, jamás se vio tan bello, tan perfectamente crepuscular, y esa es una forma de atraparlo, disminuirlo, cristalizarlo. También porque su atención en el devenir (humano, animal y vegetal) con esa (falsa) estructura circular detecta y detenta un orden que no es un Orden sino el resultado de lo contingente contra el telón de fondo de lo imperecedero, y eternizarlo mediante el cine es, de alguna manera, traicionarlo con traición justa, imponerle una certeza que le es ajena pero poéticamente pertinente.

El film muestra una serie de historias sobre transformaciones: la de un viejo pastor de cabras moribundo que toma un polvo diluido en agua encontrado en (y bendecido por) la iglesia local, que anticipa aquel en el que se terminará transformando; la de una cabra recién nacida en sus primeras jornadas en el mundo; y la de un enorme árbol que es sucesivamente instrumento de percusión del viento, ornamento central de las festividades paganas de la comunidad y su sostén económico en la fabricación casi ritual de carbón. En los momentos de transición entre los episodios es tal vez donde la intención retórica de Le Quattro Volte se hace más evidente, más infantil, más didáctica y condescendiente. Pero al interior de los capítulos, Michelangelo Frammartino nos transforma en testigos de lo transitorio sin por ello colocarnos por encima, logrando una poética secular de lo natural que por momentos llega a lo abiertamente anti-religioso, como en un enorme y virtuoso gag visual resuelto en un solo plano protagonizado por un perro empecinado en boicotear una procesión religiosa que reproduce el vía crucis cristiano.

Le Quattro Volte parece suscribir a un cierto cuerpo de películas contemporáneas que retratan sociedades o núcleos familiares al margen de la modernidad, en estrecha relación con la naturaleza que los rodea (parte del paisaje y, a la vez, su sustento vital) y las tradiciones heredadas, como podrían ser Tulpan de Sergei Dvortsevoy, Border de Harutyun Khachatryan, Sweetgrass de Ilisa Barbash y Lucien Castaing-Taylor o La vie moderne de Raymond Depardon, para nombrar los últimos que aparecieron en el circuito de festival. Film detenido en un tiempo arcaico e indeterminado, pero moderno en su minimalismo, en su distancia y en su forma de quebrar los límites de la representación, Le Quattro Volte es una extraña experiencia, apasionante en su soberbia humildad.

Hernán Ballotta      


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