HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















NARC, CALLES PELIGROSAS
(Narc)

Estados Unidos, 2002


Dirigida por Joe Carnahan, con Ray Liotta, Jason Patric, Chi McBride, Busta Rhymes, Anne Openshaw, Richard Chevolleau, John Ortiz.



Sí, es verdad. Narc es un policial que no se priva de ninguna de las minucias argumentales que ya vimos mil veces en este género: dos agentes atormentados por su pasado a quienes una investigación pone a trabajar juntos y que, a medida que la acción avanza, deben enfrentarse a la corrupción del sistema policial y a sus propias contradicciones. Hasta tenemos la típica (¡infaltable!) escena de los dos en el auto, bajo la lluvia, a la espera del sospechoso y hablando de sus mujeres. Pero castigar por eso al film de Joe Carnahan sería como retroceder un siglo y retomar la discusión que enfrentó a los padres del género con la élite literaria de su época, que los acusaba de masificar la lectura repitiendo formatos, mientras el público respondía que ¡sí!, que justamente esa repetición era lo atrapante, lo distinto, lo particular. (Lo que a la larga definió los rasgos del cuento policial clásico.) Tal vez, entre tanta bazofia filmada, Narc vuelva a instalar esa idea en el público. Porque aunque el film no innova, interesa, y su mérito no es tanto la historia que cuenta sino cómo la cuenta.

Realizada de manera independiente, la película vuelve (oooootra vez) sobre la podredumbre del submundo del narcotráfico, los asesinatos, los junkies patéticos, los barrios bajísimos y el límite borroso por el que se pasean los policías que lo investigan. Suena –literalmente– muy Traffic, con Cliff Martínez ocupándose de la banda sonora (algo que hay que agradecer). Sin embargo, Traffic (y todo lo que se pueda decir en favor o en contra de esa película) fue los ‘90 y Narc es los ‘70.

El guión fue escrito por el mismo Carnahan (cuya opera prima fue Blood, Guts, Bullets And Octane, en 1998, y cuyo próximo trabajo será Misión: imposible 3) y está basado en el documental The Thin Blue Line, sobre el cual el director ya había filmado un corto en 1994 (Gun Point). Sin demasiados sobresaltos, Narc narra la historia del detective Nick Tellis (Jason Patric), quien queda suspendido del servicio cuando, en un tiroteo, una bala perdida causa la muerte de una mujer embarazada. Meses después, el departamento de narcóticos de Detroit le ofrece una segunda oportunidad: investigar la confusa muerte de otro policía, junto al detective Henry Oak (Ray Liotta), amigo de la víctima y de su familia.

Carnahan construye su film como un policial negro, oscuro, marginal y entrecortado, que produce en el espectador la adecuada sensación de cámara al hombro. Sumerge a sus personajes en una atmósfera densa, donde todos los ambientes –a excepción del hogar que Tellis comparte con su esposa y que está siempre a punto de derrumbarse– parecen oler muy mal y donde todas las paredes parecen llenas de humedad y pobreza humana. Hay sangre y hay brutalidad en primer plano, como no podía ser menos, y una secuencia de tiroteo, la primera del film, que será difícil de olvidar.

Carnahan, además, se empeñó en contar la historia desde la mirada que sus protagonistas echan sobre el mundo: policías cansados, ambivalentes, quemados por la rutina, asqueados de ver las mismas porquerías todos los días y que, como enfermos, no encuentran el camino de vuelta de ese mundo que los contamina con las mismas miserias contra las que luchan. Las interpretaciones de Patric y Liotta son lo más logrado del film. Patric está impecable en la piel de Tellis, el detective perseguido por los errores de su pasado y demasiado racional para compartir los métodos violentos de su compañero, tal vez por el temor de tropezar dos veces con la misma piedra. Y Liotta, bueno… Liotta realmente mete miedo con todos esos kilos de más, con esa barba y tanta furia en los ojos.

Narc (que fue aplaudido el año pasado en el festival de Sundance) no es un gran film. Ofrece varios cabos sueltos, como esas referencias a cuestiones políticas y raciales en las que el director no quiso (o pudo) profundizar, y un final de esos que generan demasiadas dudas… aunque tal vez también eso sea parte del juego. No es un gran film, no, pero tampoco un mal momento.

Analía Crivello      


Enviá tu crítica al Foro