A continuación, reproducimos la
reseña de Chicha tu madre que publicamos en ocasión de nuestra
cobertura del XXI Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (en cuya
Competencia Oficial participó el film de Gianfranco Quattrini).
Un
taxista y
aprendiz de
tarotista, ante una tirada de cartas,
decide variar el rumbo de su vida:
se
separa de su esposa, procura acercarse a su hija adolescente embarazada,
pretende que su maestro lo nombre su heredero, busca limpiar su
nombre en el club donde
lo consideran yeta, inicia una amistad con un enfermero argentino que
lucra
con internaciones y operaciones
"al
50%"
en Argentina...
se enamora de una puta de buen corazón.
Ni falta hace decir que en
esta coproducción peruano-argentina los
lugares comunes
abundan y
los
estereotipos son moneda corriente.
Y las
actuaciones abruman, el guión abusa de lo previsible,
la puesta en escena apenas está
allí como soporte de
lo que los
diálogos dicen. No se llega a saber si los mensajes que los
naipes
anuncian son premonitorios o sirven para explicitar
lo que acabamos de ver en la secuencia anterior.
Una
sociedad machista, misógina
y
conservadora retratada
con trazos gruesos; unos
planos de referencia
que no
tienen sentido, un
humor que carece de timing;
diálogos que remiten
a nombres
y
lugares
que son puro color local, completamente
afuncionales...
Cierto giro
del
protagonista, que podría haber
desembocado en
una propuesta interesante, se ve venir
de lejos
y queda sumido en el olvido
en virtud de ciertos
desafortunados
toques sentimentaloides.
Lo
único no
previsible es
el desenlace,
pero sólo porque uno
siente
que el realizador se
ha metido en un atolladero del que ya resulta imposible salir.
Y de algún modo sale,
creando
un final que es en sí
mismo
aceptable...
aunque
desentona con el planteo inicial.
Javier Luzi
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