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DOBLE TRAICION
(Reindeer Games)
Estados
Unidos, 2000 |
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Dirigida por John Frankenheimer, con Ben Affleck, Charlize Theron, James
Frain, Gary Sinise, Clarence Williams.
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Será interesante observar si Doble traición desata una polémica
similar a la que en el Foro de Primer Plano desató Nueve reinas.
Aunque el título original, Reindeer Games, podría traducirse como Juegos
de renos, en obvia alusión al momento navideño en que transcurre la
historia (o a las bifurcaciones de sus cuernos), la distribuidora local
prefirió rebautizarla Doble traición. Claro que, como en la
película de Bielinsky, las traiciones son mucho más que dos. Y
creo que el problema de la película radica allí, en el confuso juego de
traición sobre traición, de mentira sobre mentira: quiere ser un thriller
con tantos círculos, quiebres y engaños que pierde el rumbo. Es lo que
podría haber pasado con Nueve reinas, aunque felizmente no sucedió.
Doble traición tiene un guión tortuoso, confuso y, sí,
pretencioso. Dos delincuentes comparten una celda en un remoto lugar del
frío Norte, y se han hecho muy amigos. Mientras Nick (James Frain) mantiene
correspondencia con su novia virtual, Rudy (Ben Affleck) mantiene su cuerpo
en forma. Una lucha imprevista sesga la vida del primero tres días antes de
que recupere su libertad. Obvio, el otro ocupa el lugar del muerto frente a
su novia (Charlize Theron, vista hace poco en Las reglas de la vida).
Y cuando aún no termina de saciar su sexualidad postergada ya le cae encima
toda la violencia del hermanito de ella y su banda, que cuentan con él
(confundiéndolo con el muerto) para asaltar un Casino. A partir de allí,
la historia comienza a girar sobre sí misma, sin agregar ninguna novedad o
toque original: confusión de identidades, traiciones recíprocas, intentos
de escape en la nieve, asalto, tiros, una pizca de humor negro, hasta un
final con vuelta de tuerca alla Nueve reinas –pero mal resuelto–
y un guiño a El tercer hombre.
Ya sabemos que cuando al final de una película hay muchas explicaciones,
algo falló. Además, los malos son horribles (Gary Sinise, de buena
actuación en otras películas, exagera tanto que no se la cree ni él). Como
en la tradición del film noir, la chica hermosa, mala y seductora es
quien pierde a todos los hombres. Pero atención: el puritanismo vencerá al
fin, en una última escena lamentable.
Josefina Sartora
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