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ESPECIES
2
(Species 2)
Estados Unidos, 1998 |
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Dirigida por Peter Medak, con Michael Madsen, Natasha
Henstridge, Marg Helgenberger, George Dzundza.
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La versión original de Especies ya era bastante mala,
aunque permitía disfrutar ciertos hallazgos aislados, generalmente humorísticos. No
ocurre lo mismo con Especies 2, que apenas conserva un par de esbozos irónicos y
amplía groseramente los convencionalismos de la anterior. Lo más triste es que para
firmar el pastiche fue convocado Peter Medak, el prestigioso realizador británico
responsable de la notable Pontiac lunar. El film retoma las desventuras de Sil, la
extraterrestre asesina compuesta por la hermosísima Natasha Henstridge, cuyos finos,
esculturales rasgos monopolizan el atractivo de la película.
Como Sil murió y había
que incluir sí o sí a Henstridge los científicos construyeron un clon con su
misma fisonomía para estudiar la naturaleza de la especie. La llaman Eva y la tienen
encerrada en una habitación de cristal blindado. Absurdamente semidesnuda al principio,
vestida con las más finas ropas después, seguramente por un canje con alguna casa de
moda elegante. La etapa en Marte es un festival de furcios cientificistas: hay gravedad
donde no debería haberla y viceversa; la Tierra se ve tan grande como un melón. Cuando
la nave regresa, el astronauta en jefe acusará los primeros síntomas de marcianismo:
compulsión por fornicar, tubos viscosos que le entran y salen del cuerpo hasta deshacer a
sus amantes/víctimas, espermatozoides que se convierten en bebé al cabo de minutos. La
misión de Eva será atraparlo.
Las más de las veces, los
efectos especiales evocan las demos que usan las empresas de diseño digital para
imponer sus programas nuevos. Y están combinados con una violencia gratuita y morbosa,
que parece aspirar al Olimpo de lo bizarro aunque está más cerca del compendio de
asquerosidades inconexas. La peor parte le toca a Eva, que se la pasa la mayor parte del
film de lo más caliente, obligada al celibato por los científicos y esa perversa
jaula de cristal. Los personajes secundarios son esa clase de caricaturas que dan risas
involuntarias primero, y crispan los nervios después: un coronel con ojo de vidrio representa
a los militares; un senador a los políticos; una bióloga a los científicos. Y Michael
Madsen a los policías/aventureros, aunque muy pocas veces usa la pistola contra los
marcianos: casi siempre les echa flit.
Guillermo Ravaschino |
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