El
desembarco en Hollywood puede incrementar las virtudes o resaltar los
defectos de un director. A Danny Boyle le fue bastante mal. Luego de haberse
convertido en una revelación con Tumba al ras de la tierra y
Trainspotting, Vidas sin reglas y La playa
significaron sendos descensos en su filmografía. Entonces el bueno de Danny
hizo lo que tenía que hacer. Volvió a Gran Bretaña. Y volvió a dar en el
blanco con Exterminio, un film barato y sin grandes estrellas.
Todo
comienza con la irrupción de un grupo de activistas ecológicos en un
laboratorio británico, donde liberan a unos monos que ¡ups! están infectados
con el virus de la rabia. Esta enfermedad se contagia a través de la sangre
y sus síntomas se declaran rápidamente: el infectado se convierte en una
especie de salvaje con mucha sed... de hemoglobina.
Veintiocho días más tarde (tal
sería la traducción literal del título original) vemos a Jim (Cillian
Murphy), que se despierta de un coma para encontrarse con una Londres
desierta, víctima de la epidemia, en la que apenas quedan algunos infectados
y muy pocos sobrevivientes. Jim se unirá a Selena (excelente Naomie Harris)
y a un padre con su hija (Brendan Gleeson y Megan Burns). Exterminio
no es una película con “héroe excluyente”, y su retrato de Londres
deshabitada, tomada con cámara digital y efecto granulado –lo que le
proporciona un aspecto parádojico: documental y a la vez irreal– trae
reminiscencias de la historieta argentina “El eternauta”, salvando las
distancias con la obra maestra de Héctor Germán Oesterheld.
Alentadas por un mensaje
frágilmente percibido por una radio, estas cuatro personas decidirán
emprender el viaje hacia un campamento militar situado cerca de Manchester,
en donde aparentemente poseen la cura. Pero claro, habrán salido de
Guatemala para caer en Guatepeor. En la base militar (instalada en una
mansión en el medio del bosque y comandada por un mayor bastante
deschavetado al que anima Christopher Eccleston) surgirán los más bajos
rasgos de la raza humana, en una clara conexión con los primeros films de
Boyle.
La banda sonora, elaborada por
Brian Eno y Godspeed You Black Emperor, contribuye a la desolada
ambientación de la historia con climas plenos, tanto de temor como de
melancolía.
Oscilando entre el alegato
social que no llega a ser demagógico y un gore que no llega a ser el de las
películas de zombies, Exterminio acerca un poco de aire fresco al
género terrorífico.
Aclaración final: el film
llega a la Argentina con dos finales completamente distintos. Uno, al estilo
hollywoodense, extremadamente contradictorio respecto del resto de la
película. Otro, mucho más oscuro y coherente con la historia. Curiosamente,
Danny Boyle afirmó que prefiere el primer final. Sobre gustos...
Rodrigo Seijas
|