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PRIMER
PLANORECOMIENDA
HASTA EL ULTIMO ROUND
(Play It To The Bone)
Estados Unidos, 1999 |
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Dirigida por Ron Shelton, con Woody Harrelson, Antonio Banderas, Lolita
Davidovich, Tom Sizemore, Robert Wagner, Lucy Alexis Liu, Richard Masur.
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Hasta el último round es una comedia
del tipo buddy movie. Esto es: en la que dos sujetos (Woody Harrelson y Antonio
Banderas) se pelean sin dejar de ser amigos mientras atraviesan diversas peripecias. Con
la variante de que son boxeadores, y no sólo se pelean de palabra sino haciendo uso de su
profesión. Y de que no son dos sino tres, ya que Lolita Davidovich tiene casi tanto
protagonismo como los anteriores.Los músculos de César (Banderas) y Vince (Harrison)
conocieron tiempos mejores. Tanto es así que les cuesta creer que un importante promotor
los llame una tarde por teléfono. La oferta consiste en ir a Las Vegas para oficiar de teloneros
de Mike Tyson, animando la pelea previa a la defensa de la corona mundial de los pesados.
No es que los quieran a ellos, sino que los contendientes de la preliminar se cayeron
a último momento. El combate es esa misma noche... pero ellos están en Los Angeles. Unos
cuantos cientos de kilómetros que serán zanjados en el auto de la amiga y ex novia de
ambos, Grace (Davidovich).
La primera etapa de la buddy movie transcurre en plan de road movie, es decir, sobre la
ruta. Y los materiales con que el director Ron Shelton la moldea son casi tan frugales
como los que Jean-Luc Godard, en uno de sus famosos aforismos, prescribía para toda
película que se precie: un hombre, una mujer, un auto. El tramo rutero descansa con
asombrosa comodidad sobre los hombros de los tres intérpretes, que no sólo ofrecen buen
teatro, sino que parecen divertirse tanto como se espera que lo haga el espectador. A
medida que el convertible de Grace devora millas, saldrán a la luz grandes y pequeños
hitos de la historia de cada cual. Algunos darán excusa para unos cuantos flash-backs.
Otros los mejores discurrirán a puro diálogo, montados en trabajos que han
de quedar entre los más cálidos de estos actores. Banderas sale airoso (¿cuánto hace
que no lo hacía?) con este César tierno y bruto, emigrado de España (aunque lo toman
por mexicano) y cuya pobre pronunciación del inglés, ¡al fin!, se integra naturalmente
con una trama. Harrelson saca a flote la no menos bruta religiosidad de Vince, siempre
bienintencionado, capaz de invocar a Jesucristo al mismo tiempo que lame la entrepierna de
una prostituta. Lolita al principio se parece a la gritona Rosie Pérez, pero
mejora más temprano que tarde.
Lo demás es la pelea. Que, de modo interesante, no está signada por el "realismo
sensacionalista" (masas de público, cámaras lentas, etcétera) sino por una puesta
en escena más bien íntima. No hay multitudes a la vista, a tono con lo venidos a menos
que están nuestros dos boxeadores, pero también con la necesidad de potenciar la
ligazón con esa mujer que, fatalmente, se ve compelida a alentarlos y a sufrir por los
dos. Otro pequeño detalle (yo por lo menos no lo veía desde un viejo capítulo de la
saga Trinity) se desprende de aquí: la gran confrontación final no invita a jugarse por un
favorito, sino por ambos. Como si la verdadera pelea estuviera en otra parte. Last but
not least, numerosas celebridades nutren una copiosa retahíla de cameos entre round
y round. Y muchos de ellos funcionan de maravillas. Alguien pensará que todo esto se
asemeja a cierta saga televisiva producida por Adrían Suar. Y es cierto. Pero Hasta
el último round no plagió a "Campeones". Antes bien, es una de esas
producciones sólidas a las que el argentino sabe asomarse en busca de inspiración.
Guillermo Ravaschino
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