HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















LILO Y STITCH

Estados Unidos, 2002


Largometraje de animación dirigido por Chris Sanders y Dean Deblois.



Ante la avalancha de películas infantiles provenientes de otras grandes empresas (como Spirit de DreamWorks), Disney demuestra por qué todavía sigue siendo el rey de la animación. La clave es su capacidad de renovación permanente. Cuando los demás imitan su clásico estilo, el estudio del ratón Mickey es capaz de parodiarse a sí mismo, tomando además elementos de otros mitos cinematográficos.

El mejor ejemplo de este nuevo método de supervivencia frente a la competencia es Lilo y Stitch, el último producto de animación tradicional (es decir, no realizado íntegramente por medio de computadoras) salido del horno del tío Walt. El film trata básicamente de lo siguiente: el encuentro entre una niña hawaiana llamada Lilo y una criatura extraterrestre perdida en la Tierra. La vuelta de tuerca tiene que ver con el hecho de que el alienígena no es precisamente un corderito. En realidad babea como Alien y el Pato Lucas juntos; es astuto como Bugs Bunny; inteligente y perverso como los Animaniacs; maleducado como Bart Simpson; rematadamente loco como Fenomenoide y sediento de destrucción como Godzilla y King Kong. Es un experimento genético creado ilegalmente por un científico trastornado con el único propósito de sembrar el caos, y escapó de su planeta. Y para colmo, la bestia se encuentra en una remota isla del Pacífico, a más de mil kilómetros de cualquier ciudad.

Pero Lilo decide adoptar a esa cosa... bicho... ente... flagelo de Dios o como quieran llamarle, y lo bautiza Stitch. Lilo también es como un ET en su propio planeta; la vida es dura para ella. Sus padres han muerto y su hermana se encarga de su educación pero enfrenta todas las dificultades imaginables, incluido un inspector del Servicio Social (en realidad parece de la CIA) que la sigue permanentemente. A todo esto se suma Stitch con su manía destructora, fomentada por ese inventor que ahora intenta atraparlo. Una manía que, a su vez, se irá apagando en la medida en que el alien se vea reflejado en Lilo. Tanto él como la niña son incomprendidos por sus semejantes, quienes los ven como seres extraños. Y aquí es donde reside el gran mérito de la película, que no teme tratar el rechazo de manera seria y madura, a pesar de estar destinada al público infantil (al que nunca subestima). Tampoco precisa baladas cursis para dar a entender los sentimientos de los personajes. Las imágenes y el tono triste de las canciones de Elvis Presley lo dicen todo. Un aura melancólica atraviesa el film de punta a punta, en paralelo con una comicidad ácida y explosiva; entre una y otra se establece el equilibrio de la trama.

Lilo y Stitch no deja de ser una película familiera, pero no en estilo institucional sino grupal. Lo que se termina "extrayendo" es la necesidad imperiosa de unirse frente a las dificultades y no abandonar nunca al ser que se ama. O como dirían Los Tres Mosqueteros: "Uno para todos y todos para uno". La producción aporta, en consecuencia, un granito de arena al punto de inflexión que marca el inicio de una etapa más madura en la animación tradicional.

El afiche publicitario del film muestra a Stitch rodeado por buena parte de los famosos personajes de Disney (la Bella y la Bestia, Alladin, Simba, etc.) mirando con cara de pocos amigos al bizarro espécimen. El eslogan reza: "pasa en las mejores familias". Era hora. El mundo infantil anhelaba el nacimiento de una oveja negra. Esperamos muchas más.

Rodrigo Seijas      


Enviá tu crítica al Foro