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LUCES ROJAS
(Feux Rouges)

Francia, 2004


Dirigida por Cédric Kahn,
con Jean-Pierre Darroussin, Carole Bouquet, Vincent Deniard, Charline Paul, Jean-Pierre Gos, Sava Lolov, Igor Skreblin.



Basado en una novela de Georges Simenon, maestro del suspenso, este es un sólido y convincente thriller montado sobre los fantasmas de la cotidianidad. En este caso, una historia negra que se desarrolla durante el viaje de un matrimonio hacia sus vacaciones. Ella (la grandiosa Carole Bouquet, una vez más Oscuro objeto del deseo) es una exitosa abogada de empresas, decidida y ejecutiva. La superioridad de su mujer tiene al marido, Antoine (Jean-Pierre Darroussin), sumido en la depresión de un hombre tan normal como mediocre. Desde una plástica corporal de poder, ella parece preguntarse cómo sigue junto a ese hombre. La bebida aparece como refugio, bastón y fuente de la fuerza que él necesita para asumir un rol que no se decide a ocupar. Pero el efecto del alcohol es contraproducente: la agresividad con que enfrenta a su mujer durante el viaje en auto la decide a abandonarlo en uno de los bares donde él ha bajado a beber... y ella sigue en tren. Después de este comienzo excelente, vibrante, comienza para Antoine otra clase de viaje, esta vez hacia la tragedia, que ha sido anunciada sin cesar: las luces de la autopista atestada, las bruscas maniobras producto de su borrachera y el aviso de que un peligroso convicto anda suelto crean un clima de tensión y expectativa, aunque pueden llegar a resultar señales un poco obvias. Esa noche aciaga y oscura servirá para que Antoine descienda hasta desconocidas capas de su humanidad y también de su propia violencia. Cuando amanece, con la luz del sol cambian la atmósfera y el tipo de drama que le toca vivir al protagonista, quien tratará desesperadamente de rearmar el tablero que pateó la noche previa. En el final, una inesperada vuelta de tuerca completa este siniestro pasaje iniciático a otros niveles de identidad.

En la escuela de Hitchcock y Chabrol, todo el film se desarrolla bajo distintos climas de presión, en tanto que cada uno de los detalles –la tensa espera inicial, la ruta atascada, la discusión por nimiedades y los reproches mutuos, el extravío hacia la mayor negritud nocturna, el desafío al peligro, las luces rojas de autos, bares y semáforos- apunta a una otra realidad, detrás de la evidente. Y tanto la violencia contenida como la explícita recuerdan inevitablemente el cine de Haneke, si bien el film tiene un sello absolutamente propio.

Film sombrío, denso, cuyo peso descansa casi exclusivamente sobre la maravillosa actuación de Darroussin (a veces aprovechado y tantas otras desperdiciado en ciertas comedias), quien aquí revela su talento para el drama psicológico. Permanentemente en pantalla, podría decirse que es ésta la película de un hombre solo, la tragedia de un hombre pequeño, gracias a la performance de Darroussin. Puede parecer increíble que una pieza musical tan etérea e inasible como "Nubes" de Debussy sirva para un film de semejante densidad, pero el músico impresionista fue un maestro en la creación de atmósferas.

Josefina Sartora      


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