HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















PASION POR AFRICA
(I Dreamed Of Africa)

Estados Unidos, 2000


Dirigida por Hugh Hudson, con Kim Basinger, Vincent Perez, Liam Aiken, Garrett Strommen, Eva Marie Saint, Lance Reddick, Ian Roberts.



Este bodrio es tan opaco y deslucido que no hace una semana que lo vi y ya me cuesta rememorar sus características puntuales. El esquema es el siguiente: drama moqueante (en la ocasión con más golpes bajos que de costumbre) enmarcado por los majestuosos planos generales del Africa. Los planos generales están más o menos bien, aunque en ningún caso superan la calidad fotográfica –¡ni poética!– de la mayor parte de los documentales que pueblan la programación de los canales de cable.

La acción se pone en marcha (es un decir) en los más elegantes decorados que la producción supo conseguir en Venecia, que son el marco para que un galán en alza (Vincent Perez, visto en El tiempo recobrado) le proponga matrimonio a una diva en baja (Kim Basinger, ya muy lejos de Nueve semanas y media). Se casan y se van al Africa. Al compás de la proverbial fotogenia del continente negro, y por momentos inundada por ella, lo que resta de la película expone el calvario de esta buena señora en esas rudas pampas. Ya sobre el desenlace, diligentes cartelones a pantalla completa nos harán saber que Pasión por Africa se apoya en la historia real que una mujer de carne y hueso, Kuki Gallmann, vivió en Kenya un cuarto de siglo atrás. Lo que uno se pregunta es: ¿pudo haber sido tan cursi la vida de esa pobre alma? Y en todo caso: ¿no se podría haber elegido cualquier otra vida, menos parecida a tantos y tan espantosos films?

En rigor de verdad, esta Kuki Gallmann no hace nada demasiado nuevo en Africa, como no sea regentear el rancho (tiene a un par de negros serviciales a sus órdenes) y soportar las demasiado frecuentes excursiones de caza emprendidas por su marido y sus amigotes, que la dejan sola y penando bajo la sombra del techo de paja. No pasa mucho tiempo antes que los planos generales, las sabanas, los elefantes y las jirafas desnuden su condición de meras piezas de utilería, de decorado vil (a tal punto que los de Africa mía –¿recuerdan, aquella con Robert Redford y Meryl Streep?– casi se hacen extrañar). Para entonces, la primera de las grandes desgracias se apresta a ganar la pantalla. Después vendrá otra, aun más terrible que la anterior. La que las sufre, por supuesto, es Mrs. Gallmann. Quien oportunamente, y como para subrayar la alegoría que recomienda "seguir adelante a pesar de todo", quedará embarazada de una hermosa criaturita.

Dios no quiera que su vida sea la excusa de Pasión por Africa 2.

Guillermo Ravaschino