HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















SUEÑO DE UNA NOCHE DE INVIERNO
(San Zimske Noci)

Serbia y Montenegro, 2004


Dirigida por Goran Paskaljevic, con Lazar Ristovski, Jasna Zalica, Jovana Mitic, Danica Ristovski, Boda Ninkovic.



El cine está abordando con creciente frecuencia la problemática de las guerras y masacres contemporáneas, así como las consecuencias que ellas ocasionan en la sociedad.
Las tortugas también vuelan, El último confín, incluso la Notre Musique de Godard, nos permiten asomarnos al horror de manera mucho más fehaciente que a través del periodismo. Sabemos más del equipo de fútbol de Serbia que sobre la guerra que vivió contra Bosnia en la ex Yugoslavia; Emir Kusturica se ha referido a ella en La vida es un milagro en su estilo habitual, grotesco-surrealista. El estilo y las intenciones de su compatriota Goran Paskaljevic se ubican en el extremo opuesto, en este melodrama que dirige su mirada desesperanzada sobre un país destruido física y moralmente.

La anécdota de Sueño de una noche de invierno resulta una parábola sobre el estado de Serbia. El tópico del hombre que regresa de un pasado tenebroso del que poco sabemos a un presente sin esperanzas trasciende la historia individual. Lazar encuentra en las refugiadas bosnias que han ocupado la casa de su madre la posibilidad de una redención que ya no esperaba, y pone todo su empeño en brindar alguna comodidad a quienes le dan la posibilidad de tener una familia. Así es como se involucra fuertemente en la recuperación de esa niña autista a la que asume casi como su propia hija.

Paskaljevic concibe su film como un documento trágico de las circunstancias que vive su país natal. Los personajes utilizan sus propios nombres (Lazar Ristovski es el actor de Underground y Como barril de pólvora), la niña no está actuando sino que es realmente autista, y tanto sus visitas al centro de educación para discapacitados como la fiesta popular a la que acude esta nueva familia tienen un carácter fuertemente documental, deviniendo un registro de la realidad de esa patria. La tenebrosa fotografía de Milan Spasik abunda en primeros planos de los protagonistas en fuerte contraluz, que acentúan el carácter trágico reiterado en las panorámicas de paisajes invernales desolados, envueltos en la bruma, sin un asomo de sol, sobre una tierra baldía cubierta de nieve.

Lazar se identifica con la niña autista: tal vez él también sufra esa misma enfermedad, así como su propio país está encerrado en un autismo colectivo, según palabras del director. Él está cercado por la culpa de su propio pasado, él también repite las palabras mecánicamente, así como el país repite sus errores y parece haber cerrado su corazón. Igual que la niña, también él se niega a despertar. Las tintas se cargan sobre la metáfora y la alegoría cuando Lazar va en busca del perdón de la madre de su víctima, una Madre Universal que se niega a dirigirle siquiera una mirada, encerrada en el silencio de su propio dolor.

Film de visión difícil, hace vibrar la cuerda del dolor y la melancolía y busca la reacción del espectador, quien no puede quedar indiferente. La narración se va desarrollando con eficacia hasta que un final abrupto –e infeliz– pone en zozobra el clima que se había logrado.

Josefina Sartora      


Enviá tu crítica al Foro