| |
LA VIEJA
DE ATRAS
Argentina-Brasil, 2009 |
|
Dirigida por Pablo José Meza, con Adriana Aizenberg, Martín Piroyansky,
Marina Glezer, Rafael Sieg, Brenda Gandini, Vadym Abramenko, Atilio
Pozzobón.
|
Adriana Aizenberg es Rosa, arquetipo de la anciana solitaria de edificio:
chusma, desconfiada, contaminada por la televisión y los noticieros, con un
pensamiento de derecha bastante marcado que la lleva a hablar mal de chinos
y demás personas que no parezcan "normales". Martín Piroyansky es Marcelo,
arquetipo del joven sin oportunidades: es del interior y vive en Capital,
donde estudia medicina; mientras, trabaja en un locutorio y repartiendo
folletos en la calle, y sufre de mal de amores. Sin embargo, Rosa y Marcelo,
en realidad, son arquetipos de algo que está más allá de la historia y que
tiene que ver con un modelo de representación: Rosa es víctima de los peores
males del costumbrismo televisivo; y Marcelo, de los códigos del denominado
Nuevo Cine Argentino.
Cuando un
hecho puntual los lleve a vincularse, uno esperará el choque como el gran
evento del film. Sin embargo, las expectativas se ven lentamente dinamitadas
por un guión que no puede trascender los lugares comunes. Salvo en ocasiones
(Marcelo comiendo un sándwich bastante pasado de fecha), la mezcla de las
superficies del costumbrismo y el nuevo cine argentino no termina generando
nada nuevo, básicamente porque el director entiende que entre estos personajes no
hay nada en común, y juega más a la fricción que a la fusión. Por lo demás,
ni Aizenberg ni Piroyansky, dos de los mejores intérpretes de nuestro cine,
logran sacar a La vieja de atrás de la medianía. Y es que, también,
ambos construyen una actuación arquetípica: Aizenberg y Piroyansky son "la
vieja" y "el pibe" que uno supone de antemano.
Mauricio Faliero
|
Enviá tu crítica al Foro
|
|