Hace un par de días que terminó el IV Festival de Cine Independiente de
Buenos aires y parece que fue hace un siglo. Quizá porque esos diez días
fueron larguísimos y productivos, y las películas, eventos y personas que
desfilaron por cada una de esas jornadas se amontonan en la cabeza. Un
diccionario festivalero puede ser una buena forma de ordenar toda esa
información. Aquí voy.Argentina
Nuestro país se hizo sentir y mucho. Además de realizadores,
organizadores y periodistas estuvieron, por supuesto, las películas. Y se
pudo comprobar que hay un nuevo estilo... pero que está tan
consolidado que corre el riesgo de envejecer. No es que a los films les
faltara nivel, al contrario. Sin embargo, no se pudo apreciar una obra que
despegara claramente del resto como lo hicieron en otros tiempos Mundo
grúa, Modelo 73 o Sábado, por ejemplo. Puede que sea una
conclusión apresurada, pero me parece que no hay que dormirse sobre los
laureles, como lo hizo en su momento un movimiento completamente renovador y
pujante que pronto perdió vitalidad, llamado Neorrealismo Italiano.
Bernárdez, Jorge
Como él mismo afirmaba, el jefe de Prensa del festival fue "más
solicitado que John Lennon". Y no sólo tuvo que rebuscárselas para conseguir
las entradas que le solicitaban para las funciones del Abasto, sino que
además tuvo que bancarse todas las quejas y comentarios de los críticos, que
lo asediaban sin piedad. Siempre lo hizo con la mejor de las sonrisas. Un
abrazo para esa excelente persona.
Entrega de premios
Si no me agarró mucha bronca por el reparto de premios debe ser
porque la competencia oficial no era lo importante. Y por suerte, no opacó
al resto de las secciones. Pero la ceremonia del sábado 27 me resultó
tediosa y decidí fugar prontamente para disfrutar de la tranquilidad
hogareña.
Clima
El maldito sol nunca decidió salir ni esconderse del todo y así
yo pasé calor y frío terroríficos a intervalos irregulares. Consecuencia de
ello fue un espectacular resfrío como para alquilar balcones.
Comida y bebida
Las vituallas pueden ser un problema financiero. Todo está tan
caro en este país inflacionario. El pequeño crítico que aquí escribe se las
arregló trayendo tapers repletos de sándwiches hechos en casa.
Agradecimientos a mi madre, Yolanda y Neneca, responsables de mi
supervivencia en la difícil aventura aquí relatada. También a mi padre, que
aportó el dinero extra para transporte y otros gastos.
Competencia oficial
La palabra más suave para definir al grupo de películas que
integraban esta sección es medianía. No hubo ningún film que
ofendiera la inteligencia o sensibilidad; tampoco uno que suscitara
adhesiones fervorosas. Esto hizo bastante difícil inclinarse por algún
favorito y quitó toda ansiedad a la hora de los premios. Quienes debían
cubrir extensivamente la competencia se lamentaban, jurando venganza contra
sus jefes. Los que no tenían obligaciones tan específicas –como yo– se
concentraron sin culpa en las secciones paralelas, como Panorama, Cine
Napolitano, Retrospectivas, Directores en Foco y Globalización y Barbarie.
Directores
Godard, Jean Luc: su presencia fue muy fuerte en el festival, con
un puñado de documentales –incluida una entrevista– y su último film,
Elogio del amor. Gozó de fanáticos incondicionales, entre los que no me
cuento: a mí difícilmente vaya a gustarme más que Truffaut, el más grande de
todos.
Herzog, Werner: la gran decepción del festival. Esperaba con
Invincible un film loco y desatado pero me encontré con una historia
esquemática, demagógica y carente de sentimientos. Una verdadera pena.
Lee, Spike: el polémico director norteamericano estuvo presente a través
de su último opus, A Huey P. Newton Story. Pero no estuvo presente
del todo, porque el verdadero autor del film es su protagonista, Roger
Smith, quien asimismo escribió el guión y vino al Festival como jurado
suplente. Menos mal, porque Lee hubiera arruinado la historia del líder de
los Panteras Negras.
Miike, Takashi: al lado de este director, John Woo es naturalista. Tuve
oportunidad de ver Dead Or Alive 2: Birds y lo único que deseaba
hacer después era ver Dead Or Alive. Su cine desenfrenado, carente de
toda lógica, que va del drama a la comedia sin escalas, se ganó la simpatía
de todo el mundo y contó con un público fiel que se rió a mandíbula batiente
con sus locuras. Para botón de muestra va el argumento: dos asesinos
profesionales, amigos de la infancia reencontrados luego de largo tiempo,
deciden unirse y financiar con sus fechorías un cargamento descomunal de
vacunas para los niños pobres del Africa. Créase o no.
Postiglione, Gustavo: el director de El asadito presentó en Lo
Nuevo de lo Nuevo El cumple. Reafirmó virtudes y defectos, sin
aportar nada nuevo a los "cánones" conocidos. Buen resumen de lo argentino
que pasó por la muestra.
Santiago, Hugo: uno de los mejores directores argentinos de la historia,
el eterno exiliado, tuvo su merecida retrospectiva, que incluyó la ya
legendaria Invasión entre muchas otras. Yo sólo vi Ecoute Voir...,
La Geste Gibeline y Maurice Blanchot. Me bastó para confirmar
que a este hombre como un director imprescindible.
Films
A Place On Earth: la película rusa fue la mejor de la
competencia y no se llevó ningún premio. Por momentos insoportable, este
film duro y crudo fue el preferido de la crítica; llegó como peso pesado
y se volvió con nada. Una película necesaria, para la que es necesario
tomarse todo un día y estar preparado para sufrir. Hipersensibles,
abstenerse.
Ciudad de María: el mejor film argentino exhibido en el festival (y
ganador de la competencia Lo Nuevo de lo Nuevo) fue un documental sobre el
aparente descubrimiento por una mujer de la Virgen, ocurrido en San Nicolás,
cerca de Rosario y otrora cuna de la siderúrgica Somisa. El film de Enrique
Bellande analiza de manera excelente el fenómeno social, político y
religioso ocurrido en dicho pueblo precisamente porque... no lo
analiza: sencillamente planta la cámara, utilizándola como disparador de
opiniones y conclusiones en la platea, que deja la sala llena de preguntas y
más preguntas.
Fulltime Killer: los que habíamos visto en el anterior Festival
Help! y The Mission, corrimos a encontrarnos con Johnny To y su
mundo de escenas de acción totalmente irreal, ilógico, libre, pleno de
desparpajo. La pasamos bomba. Uno de los puntos altos de la sección Tarde o
Temprano. La película ideal para desenchufarse durante estos diez días.
Spiritual Voices: esta experiencia extrema de 327 minutos se
convirtió en uno de los puntos altos del Festival. Dirigida por Alexander
Sokurov (el mismo de Madre e hijo) y dividida en cinco episodios, la
crónica de la vida cotidiana de un destacamento de soldados rusos en la
frontera con Afganistán ofrece una estructura narrativa inédita, que brinda
la posibilidad de ver distintos episodios ordenados de tal forma que lo que
se desprende son significados y conclusiones múltiples. También, un clima
agobiante que incomoda al espectador sometiéndolo a una verdadera prueba de
paciencia y entereza. Sokurov confirma que sigue siendo un nombre mayor del
cine mundial contemporáneo. Esperemos que sus obras puedan volver a
estrenarse comercialmente en la Argentina.
Tornando a casa: podía haber ganado cualquier otro film, pero el
premio que se llevó este film italiano emparentado con La Terra Trema
terminó siendo a su modo justo, porque expresó el nivel general de la
competencia, clavado en un discreto seis.
Trouble Every Day: el mejor film del Festival. Claire Denis reformula
el género gore, combinando escenas de mutilaciones y canibalismo con un
análisis notable sobre el deseo y la imposibilidad de amar. Sangrienta,
excesiva, sexy, provocadora, la película de la directora de Bella tarea
atrapa al espectador y no lo suelta hasta los títulos finales. Vincent Gallo
está imperdible como el científico afectado por una droga que lo induce a
practicar la antropofagia.
Economía y política
Lo bueno del Festival es que uno ni se da cuenta de lo que pasa
afuera. Así, ni me enteré que Remes Lenicov había renunciado al cargo de
ministro de Economía, ni (aunque podía suponerlo) que el país continuaba
derritiéndose como un helado al sol del verano. Diez días de cine pueden
provocar esta gratificación adicional.
Periodistas
Los privilegiados del Festival. Entrábamos a todas las funciones,
nos quejábamos y elogiábamos todo sin pudores. Ostentando nuestra gris
credencial pasábamos antes que los estudiantes y ocupábamos los mejores
asientos. Al principio me sentí intimidado, pero pronto descubrí que la
verdad de la milanesa es que personas como Jorge García, Santiago García,
Eduardo A. Russo, Gustavo Castagna, Judy Stone, Jonathan Rosenbaum y muchos
otros –incluso del Ecuador– pueden ser muy buenos tipos. Sólo son un poco...
excéntricos.
Prensa, sala de
Según tengo entendido, a la prensa también le llegó el ajuste.
La sala de prensa era más chica, con una decena de computadoras con conexión
a Internet y algunos televisores en la videoteca. Todo esto para atender a
500 acreditados. En los días y horas pico llegó a haber notorios
amontonamientos. Pero la amabilidad no sufrió recortes. A mí, nuevo en estas
lides festivaleras, me trataron y me hicieron sentir como en casa.
Salas
En general no hubo mayores problemas con las proyecciones, más
allá de algunas deficiencias de subtitulado o encuadre que fueron
rápidamente compensadas con funciones adicionales. Y a pesar del aumento de
precios, la gente respondió de maravilla, arrojando la cifra nunca antes
alcanzada de 127.000 espectadores. Ellos fueron los que posibilitaron la
realización de un evento altamente satisfactorio como el reseñado en estas
líneas.