El callejón de los milagros es la película más galardonada en la historia del
cine mexicano y, al mismo tiempo, la más feliz y audaz combinación que ha dado el cine
latinoamericano reciente. Sus protagonistas son múltiples: un marido pegador (¡y con
inclinaciones gay!), una novia conflictuada (Salma Hayek más bella que nunca, es decir
antes de las cirugías), una vieja solterona y tacaña.
Las historias se entrecruzan con
agilidad. Los personajes son temperamentales, condenados a un futuro trágico y
sombrío... pero no por capricho del realizador como suele acontecer en las películas del también azteca
Arturo Ripstein sino por imperio de la hipocresía reinante y de ciertos dineros que todo
lo rigen, para envilecerlo.
El callejón de los milagros
se mete con todos los temas "serios" del drama social contemporáneo sin
sacrificar certeros toques humorísticos. Tiene mucho de melodrama (una tradición casi
insoslayable en México) y puntuales rasgos de telenovela por entregas. Esquiva las
consabidas taras del "realismo mágico". Y ostenta un virtuosismo fílmico que
no es fácil de encontrar en el menú del cine actual. |