Durante 1967 y 1968 la televisión yanqui emitió Los invasores, las aventuras en
las que David Vincent se enfrentaba simultáneamente con los marcianos y con la
incredulidad del mundo. Tiempo después la saga pudo verse en la Argentina. No llegó a
ser una de esas superseries corno Viaje a las estrellas, con millones de fanáticos
alrededor del mundo. Pero era bastante buena. El video de Los invasores también lo
es. Data de 1995 y compila los cuatro capítulos de la miniserie homónima producida por
la Fox. Dura 170 minutos, ya que una hora de la miniserie quedó afuera en el proceso de
edición.
La narración está apoyada en unos tiempos lentos
a veces en exceso y en la dosificación de la información. El uso que hace de
los efectos especiales es más bien moderado. Su elenco, de bajo perfil, como en la mayor
parte de la ciencia ficción de clase B de las décadas del 50 y 60. Scott
Bakula (el mismo de Belleza americana) es Nolan Wood. A diferencia de Vincent,
Wood ha sido "tocado" por los alienígenas, quienes le insertaron un dispositivo
para controlarlo. Esta es una de las modalidades con que operan los intrusos. La otra
consiste en usurpar cuerpos humanos, un poco en el estilo de los Body Snatchers. Apunto la
curiosa gracia de Bakula, que parece el producto de la cruza entre Harrison Ford y Pachu
Peña (de Videomatch, ¿se lo recuerda?), muy apropiada para el personaje. La estoica
inexpresividad de Peña lo acompaña durante el primer tramo del relato, en el que
deambula como hipnotizado. Después mayormente se la pasa huyendo, y ahí es cuando
empieza a relucir su estampa fordiana.
Roy Thinnes reaparece como David Vincent. Da un poco
de no sé qué ver al incansable Vincent como una sombra del que fue. Por lo demás, el
veterano está fenómeno. Lo suyo es breve y sale de la historia con limpieza y elegancia,
tras anunciarle a Wood: "ahora debo irme". Antes de eso, y a modo de legado, le
obsequia un libro muy parecido a los de otro gran actor, don Fabio Zerpa, con el resultado
de tres décadas de investigaciones. Wood y su aliada, una doctora latina, lo utilizarán
como un manual de lucha contra los extraterrestres. Interesante: una larga escena en la
que la doctora habla en español hace irrumpir el clima de las telenovelas mexicanas como
un enclave mágico y misterioso (y fugaz, ¡no teman!).
Hay una suerte de homenaje-burla a los Encuentros
cercanos de Spielberg cuando desembarcan (¿desemplatan?) los foráneos,
puestos en escena e iluminados como lo estaban en el film aquel, aunque acá se trata de
los malos y falta la célebre musiquita que más tarde convirtiera en jingle la compañía
Telefónica. El suspenso inicial de Los invasores también esboza una inteligente
asimilación de la cinta de Spielberg aquí sin burlas al instalar la
"idea" de los alienígenas mucho antes de exhibirlos en carne y hueso (o lo que
sea que los constituye).
A la esfumación de cadáveres invasores, heredada
de la teleserie, el director Shapiro la desarrolla en off. Mantiene en cambio el hecho de
que los aliens necesitan mudarse a este planeta ante la destrucción total del suyo, e
incorpora novedosas convulsiones, que se adueñan de los invasores toda vez que intentan
comandar a los cristianos mediante operaciones telepáticas. Hay otros gestos, otras
novedades. Una admirable composición de Richard Thomas. Un matrimonio que termina como
nadie se lo esperaba. Un niño que no actúa mal. Vale la pena rastrearla, ya que no asoma
en cualquier videoclub.
Guillermo Ravaschino
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