Algunos creen que la poesía está en ese librito, rescate nocturno, que reposa en la mesa
de luz... Sí, quizás ahí también reposa y duerme su sueño lento con Baudelaire, o
quien sabe que pluma también dormida... Pero el verdadero camino de la poesía es ajeno a
los papeles, es que la poesía es la vida misma: el gesto mínimo de un rostro, la
liviandad de una hoja de cerezo cayendo al piso, una historia rescatada del olvido, el
dolor de la memoria... Quien se esconde detrás del difícil nombre que dio origen a esta
película así lo entendió. Y el resultado de su mirada sutil sobre las cosas de este
mundo y del otro, de su cálida reflexión sobre el valor del cine, es por lo menos
reconfortante. Pero reconfortante no es una palabra que de la medida de la humanidad y la
delicadeza de After Life. O Después de la vida, lo mismo da, en ambos títulos se
anticipa ya la belleza de su construcción.
Lou (Córdoba, Argentina. Edad: 21)
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