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8º Bafici (2006)


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SECCION NOCTURNA
Election (Hong Kong, 2005. Dirigida por Johnny To). Luego de films como Fulltime Killer y Breaking News, Johnny To sigue demostrando que es un cineasta capaz de alcanzar una altísima excelencia técnica. Esta vez, aborda el género de yakuzas, contando las guerras que se desatan a partir de la elección del jefe de las tríadas, en un complejo juego de poder. Demasiado complejo, ya que unas cuantas escenas no se entienden para nada con tantos personajes para seguir. Además, falta energía en la concepción integral del relato, y todo se estira demasiado. Se extraña la acción pura, sin compromiso, sin explicación, y los diálogos intrascendentes pero muy divertidos de films anteriores de este director. Rodrigo Seijas

Loft (Japón, 2005. Dirigida por Kiyoshi Kurosawa). KK sabe del poder sugestivo del cine y lo aplica cuándo y cómo quiere. Además, se vale del humor para desmitificar(se) y no hacer una obra maestra por año. Porque está claro que este tipo podría filmar un Kairo tras otro, y ello no es poco decir, pero prefiere divertirse y divertirnos con esta leyenda de una momia que termina por perder la cabeza, y que espantó a más de uno de la sala. Los primeros minutos apuntan a reeditar la mencionada obra maestra cuasi existencial, aunque las imágenes de una escritora que comienza a vomitar barro mientras se muda a una casa un tanto tenebrosa nos hacen pensar que estamos ante una película de género. Pero lo de Kiyoshi consiste en distorsionar las convenciones del género tanto como la veleidad autoral. El resultado es un vaivén entre el miedo y el humor que frecuenta la ironía, pero nunca el cinismo. Marcos Vieytes

Masters Of Horror: Cigarrette Burns (Estados Unidos, 2005. Dirigida por John Carpenter). Carpenter sigue demostrando que es un grande. Todo comienza con un tipo al que le encargan encontrar un misterioso film, cuya única proyección conocida en la historia provocó una locura desatada y una matanza indiscriminada entre los espectadores. Y que por supuesto esconde un par de horrorosos secretos. Cualquier similitud con En la boca del miedo no es pura coincidencia. Carpenter genera los mismos climas que en aquella obra maestra, inquietando en gran escala. El final, desde el principio, no se adivina feliz. Tengan en cuenta que la legendaria película a encontrar se llama El fin absoluto del mundo... Rodrigo Seijas

Masters Of Horror: Homecoming (Estados Unidos, 2005. Dirigida por Joe Dante). Corre el año 2008. Los republicanos van por cuatro años más. Y todo indica que van a ganar. Pero, de repente, los soldados muertos en Irak vuelven a la vida. Y lo peor es que quieren votar, y no precisamente por los republicanos. A partir de este absurdo punto de partida, Joe Dante construye un film divertidísimo, con unas cuantas reflexiones inteligentes, cargadas de mordacidad. Cierto que la trama es despareja, que hay momentos supuestamente dramáticos que quedan descolocados en medio de un clima ácido y crítico hacia las instituciones. Pero a partir de su tono despiadado, capaz de cuestionar una guerra sin sentido en un país cada vez más represivo, Dante concreta algo que puede sonar paradójico: un film auténticamente patriótico. Rodrigo Seijas

Rabbit Pix (Estados Unidos, 2005. Dirigida por James Herbert). Como todas las películas sobre sexo que he visto en el presente Bafici, esta encuentra su techo en la “audacia” de los desnudos que exhibe. Bellos cuerpos femeninos y masculinos en sesiones de fotos, relaciones sexuales y charlas en una impresionante villa italiana o frente a un monumental paisaje campestre. Permite el ejercicio reflexivo sobre pintura-fotografía-cine en su exposición y puesta en escena de la figura humana. El uso de la banda sonora aporta al tinte renacentista que se plasma en la pantalla y a la vez se conforma con sostener viejos lugares comunes (como si la música clásica o sus remedos revistieran los desnudos con una pátina de alta cultura). Interesante. Javier Luzi

Takeshis’ (Japón, 2005. Dirigida por Takeshi Kitano). No se sabe qué le pasó a Kitano; si se perdió o algo así. Algunos de estos problemas ya se evidenciaban en Zatoichi y Brother, que a pesar de ser muy disfrutables, se asemejaban a mesetas en su filmografía. Pero esto ya es un franco descenso, en el que el director se propone hablar de sí mismo y su obra, de su papel en el cine, desdoblándose en dos personajes... para terminar cayendo en sus propias trampas (autorreferenciales, entre muchas otras). Un film fallido, que ojalá obligue a Kitano a repensar verdaderamente su filmografía, a volver de otro modo a las fuentes, en vez de repetirse. Rodrigo Seijas

SECCION CINE DEL FUTURO
Lucy (Alemania, 2006. Dirigida por Henner Winckler) ¿Qué pasa con estas mujeres jóvenes protagonistas de películas (La mujer de Gilles, Molly’s Way) de festivales? Van por la vida como buscando sufrir inexplicablemente. Maggy es muy joven, vive con su madre y mantiene la relación adolescente típica de su edad, pero no es igual que sus contemporáneas: tiene una hija, Lucy. Fuera del sistema educativo, sin nada qué hacer de su vida más que atender a su pequeña (y hasta por ahí nomás, porque siempre tiene a mano alguna ayuda), Maggy conoce a un chico que puede ser el amor que busca... la pregunta es si ella sabe qué busca. El signo de los tiempos desembarca en esta película que intenta dar cuenta de la desidia, el desinterés, la bronca y el desánimo de una generación que carga con un mundo que no edificó -mas tampoco hace nada por cambiar-. Pero además de sumar una duda genérica típica sobre la cuestión femenina (qué quieren, qué les pasa, por qué se manejan como lo hacen?) para un espectador masculino, el guión no consigue evitar que su personaje que padece se nos torne insoportable. Y aunque sin querer, todo acabará derivando en una reflexión sobre la necesidad... de anticonceptivos. Javier Luzi

Puto (Argentina, 2006. Dirigida por Pablo Oliverio). Casi cuatro cuadros. Una pareja homosexual teniendo sexo en un baño público y una posterior caminata por Buenos Aires. Luego, haciendo el amor en un telo. La ausencia del babyface y los celos y la desesperación del otro por encontrarlo. Por último, la aparición de “lo prohibido” y lo que pudo ser una caída. Asombrosamente, las escenas de sexo no recurren ni al fuera de campo ni a los cuidados pacatos en torno de “lo mostrable”, y la declaración de amor culminatoria es una idea sumamente plausible. Bien se sabe que ciertos conceptos encarnados en lo que está por fuera de “la norma” aún conservan su potencia revulsiva (me refiero al amor homo). El problema de este film se encuentra en el límite que transgrede; lo que a la par de virtud se convierte en defecto. Lo explícito de sus imágenes lo posiciona en un lugar de vanguardia nacional para una película no condicionada, pero ese toque de sinceridad no va más allá de la mostración de la genitalidad masculina, algo que puede herir la superficie de la piel de algún espectador sensible inadvertido (o muchos) –aunque con semejante título...–, pero no elabora reflexiones ni alimenta su elaboración posterior. Y a su manera, incluso, convalida estereotipos (abundan diálogos, poses, modos, elecciones, gustos en esta línea). Cuando el plano secuencia o algún remedo de éste, que busca dar cuenta del tiempo real, aparece, también asoman los mayores logros del film... que vuelven a diluirse en las escenas más dramatizadas (que procuran generar tensión o un atisbo de historia). Javier Luzi

The Death Of Mr. Lazarescu (Rumania, 2005. Dirigida por Cristi Puiu). El señor Lazarescu se siente enfermo. Vomita, sufre dolores en el estómago y en la cabeza. Pide ayuda a los vecinos, llama a una ambulancia. Y comienza un asfixiante periplo por todo el sistema médico, donde se asiste a humillaciones, juegos de poder, gestos de solidaridad y una progresiva degradación del cuerpo del protagonista. Todo esto, milagrosamente, sin recurrir a ningún golpe bajo, en una notable muestra de respeto por el espectador. Hay un interesantísimo hincapié en los vínculos entre los individuos en ámbitos conflictivos, además de una estructura narrativa progresiva que crea una gran tensión a través del paso del tiempo y permite una llamativa evolución de los personajes, que suelen cambiar de actitudes sin que ello resulte arbitrario. Este film rumano venía precedido de muy buenos comentarios, y confirmó todas las expectativas a partir de una premisa mínima. Una lección de cine. Y para mí, el mejor film de este festival. Rodrigo Seijas

Transamerica (Estados Unidos, 2004. Dirigida por Duncan Tucker). Una película con el mejor espíritu indie, que vuelve a desnudar la falsedad de las admiradas familias yanquis con un humor impiadoso e inmisericorde. Hombre transexual con hijo taxiboy y drogadicto, madre conservadora... y padre judío. Cuando Bree/Stanley descubra, a días de la operación que unirá su cuerpo con su identidad sexual, que tiene un hijo y su analista lo incite a resolver todos sus asuntos pendientes antes que nada, la road movie se lanzará a la ruta. La risa no se anula ante la tragedia que compone la otra cara de la vida y bien se sabe cuán poderoso –y necesario– resulta su efecto, que acá aparece sin atemperarse y permite esquivar la lágrima fácil, las emociones prefabricadas o el siempre a mano melodrama de cartón.

Así, entre medias verdades, secretos compartidos, huidas y pasados no resueltos, la vida asoma entre los intersticios, y ciertos lazos familiares genuinos parecen sugerir la idea de la elección sobre la de la consanguinidad. La disfuncionalidad, la diferencia, no se juegan como norma, o como anti, sino que se presentan, lisa y llanamente. Monumental trabajo protagónico de Felicity Huffman. Javier Luzi

Voici Venu Le Temps (Francia, 2005. Dirigida por Alain Guiraudie). Una película que combina una de aventuras con un drama de amor homosexual. En un tiempo no demarcado los guerreros, los pastores y los terratenientes entran en disputa por sus intereses. La época es como medieval, con mucho de retrofuturista (los anacronismos están a la orden del día). Cuando se vuelca al humor, la trama se aliviana y todo fluye, pero en otras ocasiones vence la seriedad, o es la solemnidad la que toma las riendas del asunto y, entre las extravagancias y complicaciones del guión, el extraño y exagerado mundo construido, las elipsis y saltos temporales fruto de un montaje bastante aleatorio, se pierde la fuerza que la idea original dejaba traslucir. Demasiados temas que abren múltiples caminos que se bifurcan y acumulan sin resolverse, o sin siquiera conseguir el mínimo desarrollo que sus complejidades reclamaban. Javier Luzi

SECCION METODOS
The Aristocrats (Estados Unidos, 2004. Dirigida por Paul Provenza). Un chiste escatológico, políticamente incorrecto y groserísimo. De eso, y sólo de eso, se trata este documental, en el que prestan testimonio un montón de comediantes de habla inglesa. Todos ellos cuentan ese chiste, y lo analizan puntillosamente en sus implicancias estéticas, formales, estilísticas, sociológicas y políticas. Y el público no para de reirse mientras lo hacen. Un documental educativo en el mejor sentido del término. Rodrigo Seijas

The Well (Suecia, 2004. Dirigida por Kristian Petri). Orson Welles en España. Es decir, un mito dentro dentro de otro mito. El director de este documental está fascinado con Orson, quien también lo estaba con España, a la que consideraba su verdadero hogar. Como en un juego de cajas chicas al infinito, un enigma encierra a otro. Como en El ciudadano, cada entrevistado aporta una nueva explicación, un nuevo punto de vista sobre Welles. Y la fascinación que provoca alguien tan grande, pero al mismo tiempo tan humano como Welles, nunca se acaba. Rodrigo Seijas

William Eggleston In The Real World (Estados Unidos, 2004. Dirigida por Michael Almereyda). Michael Almereyda sigue por todos lados al famoso fotógrafo William Eggleston, tratando de encontrar una explicación para su maestría. Pero el personaje-objeto del documental no quiere saber nada con el asunto. Almereyda es consciente de esto, pero insiste. Crónica de una lucha perdida, o a medias, en la que la respuesta no aparece clara. O sí, porque se puede ir captando que no hay explicaciones fáciles para el talento de un artista. Y aquí reside el verdadero aporte del film. Cuando Almereyda lo descubre (un poco tarde quizá), su film crece. Rodrigo Seijas

SECCION ESTADOS UNIDOS: UN RECORRIDO INDEPENDIENTE
Permanent Vacation (Estados Unidos, 1980. Dirigida por Jim Jarmusch). El primer largometraje de Jarmusch sigue a un joven errante, sin destino a la vista, que pasea por una ciudad casi vacía en la que se encuentra con situaciones y personajes bizarros. Se pueden disfrutar elementos, conceptos, formas de los mejores films que el director realizó años más tarde. Igual, falta cierta cohesión en la trama y varios componentes aparecen dispersos en la puesta en escena, sin mayor orden ni justificación. Un film-ensayo que deja entrever, pero dificulta encontrar, al gran cineasta del que estamos hablando. Rodrigo Seijas

Vacationland (Estados Unidos, 2005. Dirigida por Todd Verow). En un comienzo Joe, el protagonista, se nos presenta como un mitómano, amigo de un ladronzuelo de supermercado y buscador de sexo en los baños públicos. Esas primeras escenas de roces, temores y deseos prohibidos tomadas en planos cortos, con un silencio total que apenas si deja oír algún aliento agitado, abre grandes expectativas... que muy pronto serán defraudadas. Es que, abruptamente, un estilo televisivo copa la realización, las actuaciones trasuntan apenas belleza, los riesgos se cierran en besos, la música no acompaña y el guión echa mano de las casualidades y de la suerte de los personajes. Bien se sabe que pueblo chico, infierno grande. Y todos queriendo huir de su destino son demasiados.

Empieza a no distinguirse si lo que prima es una ingenuidad absoluta en los planteos o el intento de una parodia de esas películas porno soft de las medianoches televisivas del cable, pero inevitablemente el director se pierde en la suma de tragedias (abuso de menores, intolerancia, discriminación) que se empeñan en “profundizar” desesperadamente una trama imposible. La marginalia pagará con su vida; los bellos saldrán airosos. Vivir una sexualidad distinta es otra cosa, y dar cuenta de ello en un film sospecho que también. Javier Luzi

SECCION RESCATES
I’m King Kong: The Exploits Of Merian C. Cooper (Estados Unidos, 2005. Dirigida por Kevin Brownlow y Christopher Bird). Simpatiquísimo documental sobre un simpatiquísimo personaje. Innovador cineasta, director de King Kong, productor de John Ford, aventurero empedernido, gran aviador y estratega, combatiente en las dos guerras mundiales, Merian C. Cooper era de esos tipos que a uno no podrían caerle mal. Por más que fuera un acérrimo anticomunista y bastante pedante. Quizá porque era una persona coherente con sus principios, sin ambigüedades. O quizá porque, como él mismo decía, era como King Kong. Y todos queremos a ese gigantón. Rodrigo Seijas

Juramento de venganza: versión extendida (Estados Unidos, 1965. Dirigida por Sam Peckinpah). Un pequeño clásico de Peckinpah, con un elenco memorable integrado por Ben Jonson, James Coburn y Richard Harris, entre otros, y donde hasta Charlton Heston está bien. Mutilado durante su estreno original, restaurado con doce minutos adicionales en la presente versión extendida, ofrece las abundantes dosis de sangre habituales en la filmografía del director, además de un punto de vista crítico hacia las tensiones entre los sureños y norteños durante la Guerra de Secesión, en contrapunto con el papel de los mejicanos, destinados siempre a ser los sacrificados. Rodrigo Seijas

SECCION EN PRIMERA PERSONA
Erotic Chaos Boy (Corea del Sur, 2005. Dirigida por Choi Jin-sung). Un tratado sobre el amor. Un joven coreano director de cine se enamora de una chica japonesa. El idioma es una barrera infranqueable. Su familia se opone a semejante unión, aunque por otro lado lo impulsan a casarse ya. Una película filmada en digital que mezcla a Barthes con el cine (Amelie, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos), la música (Queen, las canciones pop, el karaoke) y Frankenstein, sin olvidar a unos teletubbies besándose en una hamaca de plaza. Testimonios de amigos que procuran definir qué es el amor mientras aman o creen amar. Ilusión, lágrimas, sueños inalcanzables. Graciosa, profunda sin solemnidades (las escenas con el protagonista disfrazado de monstruo son de una ternura infinita), anunciándose repetitivamente como una ficción, con reminiscencias godardianas (la filmación de la historia vivida tiene su estilo: autorreflexión, citas, carteles con palabras o explicaciones) y un aire moderno en el que forma y contenido se dan la mano. Hay dos tipos de amor: el difícil y el... jodidamente difícil, ¿a vos cuál te tocó? Eso pregunta el film, en un ida y vuelta que permite pensar(nos). Javier Luzi

SECCION MALDITOS LATINOS
Recodo de purgatorio (México, 1975. Dirigida por José Estrada). Un hombre va a suicidarse en la habitación de un hotel. Telefonea a varias personas, mientras en una fonola suena “La vie en rose” cantada por Marlene Dietrich. No encuentra a nadie o al menos a ninguno de los que busca. Entonces un desfile de personajes que tuvieron que ver con su vida hasta entonces comienza a aparecérsele. El Padre Rector, su madre, su padre, un maestro, un militar, su novia. Entre voces en off que reprochan y se alternan y se imbrican relatando el pasado, y viejas fotos musicalizadas con canciones típicas mexicanas llenas de verdades crueles y casi kitsch, los intercambios con cada uno de estos personajes incluyen imágenes de sexo explícito que (a pesar de las evidentes prótesis usadas) incomodan y consiguen relacionar revulsivamente y recuperar el sentido fuertemente político que cada acto conlleva. Actos que, entre risas y tragedias, socavan una a una las instituciones (familia, Estado, ley paterna, iglesia, escuela) que aún hoy en México –de donde procede el film– son tan fuertes. Pero no sólo allí. Una película antigua (es de 1975) bastante moderna en su concepción. Javier Luzi

SECCION PARAISOS PERDIDOS
Zero Degrees Of Separation (Canadá, 2005. Dirigida por Elle Flanders). El año anterior Bafici presentó una gran cantidad de películas, entre ficción y documental, sobre la vida en Israel y los territorios ocupados. Este documental retoma el tema desde la mirada de una directora que regresa al país que sus abuelos supieron ayudar a convertir en Estado y le da voz y presencia a dos parejas. Con características distintivas: una es de homosexuales y la otra de lesbianas, y ambas están constituidas por un miembro israelí y uno palestino. Deportaciones, maltratos, exilios internos, discriminación, silencios se cruzan en tomas de reportajes al estilo clásico (entrevistado frente a cámara) o tomas directas de acciones cotidianas (marchas, cruces de “frontera”). Reflexiones profundas sobre la realidad coyuntural que, como dice una de las protagonistas, “ante la imposibilidad de la gente de conectar los hechos”, permite realizar tal conexión a través de la imagen de un pueblo-víctima oficiando de feroz victimario. El hoy se mezcla con las impresiones de un pasado reciente tomadas por la cámara hogareña de la familia de la cineasta que logran mostrar, precisamente, las conexiones reales. Javier Luzi

SECCION REINO UNIDO
The Living And The Dead (Inglaterra, 2005. Dirigida por Simon Rumley). Mezcla de terror psicológico y drama familiar, esta película aprovecha un guión preciso para narrar una tragedia anunciada en una familia inglesa de antigua alcurnia, ahora venida a menos. En un imponente castillo casi vacío, típico escenario para una noche de espanto y muerte, un matrimonio mayor, conformado por un caballero duro y conservador y una dama postrada en la cama, y su hijo adulto con evidentes problemas de locura vivirán un fin de semana que acabará en muerte y culpa.

El director recurre a imágenes movidas y aceleradas para dar cuenta de la imagen mental de James, de su paranoia y de sus tan nobles como siempre fallidas intenciones de ayudar a sus seres queridos. Ciertos toques surrealistas matizan, sin llegar a desentonar, el realismo dominante. Cuando los tiempos comienzan a confluir y el mismo plano puede empezar en el pasado y acabar en el presente o viceversa, las confusiones o complejidades, paradójicamente, se anulan porque la estética utilizada construye sentido y destruye ambigüedad. Un film que pese a todo atemoriza con los miedos ancestrales y comunes de la vejez, la incapacidad que esta acarrea, la enfermedad y la locura. Javier Luzi

SECCION REVOLUCIONES
El perro negro: historias de la Guerra Civil Española (Holanda, 2005. Dirigida por Peter Forgács). Es, como reza la segunda línea de su título, una de las tantas historias privadas que derivan de la guerra desatada en 1936. Lo particular de ésta es que buena parte de las imágenes que la componen fueron filmadas por la víctima e incluyen entre ellas alguno que otro plano de quien luego sería el asesino del aficionado cineasta. Porque esta historia es la de la muerte del hijo de un poderoso empresario de la época a manos de un empleado anarquista de su padre, que lo ajustició en nombre de sus convicciones. El problema es que la edición de unas imágenes tan poderosas resulta menos sugestiva que el hecho en sí, limitándose a ilustrar la época con una inexpresiva voz en off y un sentido más bien convencional de lo visual que incluye las referencias a Lorca de rigor y otros lugares comunes que quitan más de lo que suman. Marcos Vieytes


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